Y con amenazadoras palabras lo amarras a ti, le quitas el aire y lo obligas a soportar tu triste mirada cada día. Lo obligas a sufrir tus penas y lo obligas a cargar tus ojos llenos de lágrimas y rencor.
Deja de cortarle las alas, no lo merece, no lo mereces.
Deja de odiarme, que harás que te odie yo también.
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