sábado, abril 28, 2007

A-ha

La confusión del metafísico, por más contradictorio que suene, no es metafísica.
Su problema supraterrenal está solucionado en el momento en que se da cuenta de su condición abstracta. El asunto que lo acompleja es aquella duda en el lazo con aquello concreto y duro que compone la realidad. Su aporte, su rpesencia, su todo ante aquellos que no comprenden lo metafísico de su ser. Tal vez si pudiese despojarse de su condición inquisidora podría ver con claridad su destino terrenal, pero es imposible que deje de cuestionarse todo: su subjetividad dirige su vida como cualquier necesidad vital humana.
¿Cómo lograr separar los lados del inquisidor? Su propia naturaleza lo impide, reduciendo así su posible aporte terrenal por la cantidad enfermiza de errores que pude cometer al no tener claro su objetivo tangible.


Se va a equivocar señor, si no logra separar su maldita y condenada, bendita y libertadora, condición de cuestión.




A-ha....

Revelacion

Al final, mi asunto con la música no es más que un amor no correspondido.




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miércoles, abril 18, 2007

...

...Y si abres un poco más la puerta?

Dejame entrar, entrar en tu vida,
conocer los rincones que ni siquiera la luz toca.
Conocer esa alma que llora sola en la oscuridad,
esa alma que pide a gritos compañia.

...Y si abres un poco más la puerta?

Tal vez podamos ser amigos,
podriamos conversar, me podrias tocar,
te podría acompañar y hasta
te podría matar.

...Y si abres un poco más la puerta?...
...O te da miedo que pueda entrar?...

lunes, abril 16, 2007

El Tiempo: la suave tinta de la Historia

Proponerse hablar de tiempo e intentar hacer un paralelo entre el tiempo del hombre y el tiempo de la Historia topamos con el evidente hecho de que el tiempo del hombre, de manera personal, tiene un principio y un fin determinado, los cuales son establecidos con su nacimiento y luego con su muerte. En cambio, el tiempo de la Historia ve su inicio en el comienzo de los tiempos, sin tener precedente aparente, y verá su fin cuando la Historia ya no interese a la humanidad, cosa que, a mi juicio, parece casi imposible.

El tiempo no se limita solo al “tic-tac” del reloj y su paso incesante a través de nuestras vidas: el tiempo es aquel único parámetro que tenemos para controlar y valorar los sucesos personales y los colectivos. El tiempo es así aquel trazo que en cada momento de su largo caminar archiva la Historia del hombre y de sus alrededores.

A través de la misma Historia, el tiempo ha adquirido diverso valor, habiendo sido ignorado e idolatrado. En el comienzo de los tiempos, la utilización del concepto tiempo no tiene sentido alguno, ya que aplicarle una cronología a una masa densa y caliente no ofrece nada a nuestra Historia, la cual comienza en la Gran Explosión o Big-Bang, expandiéndose hasta nuestros días.
La cronología en la actualidad es un elemento esencial y necesario en la vida de todo hombre, organización y sociedad. Sin un parámetro temporal ya no podemos vivir: nuestro mundo exige una fuerte relación hombre/tiempo y, al parecer, en un futuro no lejano el tiempo regirá aún más nuestras vidas.

El proceso de humanización del tiempo nos ha transformado en el tiempo mismo: ya no es posible separar el concepto de hombre con el de tiempo.

La Historia de la humanidad siempre nos la han contado de manera cronológica; con un espacio temporal determinado, el cual nos ayuda a comprender el suceso histórico, sus causas y sus consecuencias. Es así como podemos analizar la situación actual de las sociedades y construir un futuro de acuerdo a sus capacidades. Es el tiempo del Hombre entonces la propia Historia de éste; un suave andar de segundos, minutos, horas, días, que rigen el caminar de la humanidad. Guerras, revoluciones y grandes logros han estado siempre acompañados por el cantar del tiempo, el cual de manera silenciosa ha escrito nuestra Historia, procurando no olvidar detalles.

El tiempo y la humanidad, sin duda alguna, seguirán su camino de la mano hasta el final; la Historia podrá seguir emitiendo su música y conmoviéndonos con sus sucesos, siendo escrita en el gran libro del Tiempo, para luego poder ser estudiada por todos aquellos que aún crean en la necesidad de conocernos a nosotros mismos y a nuestra Sociedad.

domingo, abril 15, 2007

Ante la locura, esperanza.

¿Y si el mundo no debiese ser como yo pienso que debiera ser?
Tal vez estoy errando en demasía, tal vez estoy pensando demasiado aquellas cosas que están destinadas a ser de una forma, de una forma para mi parecer errónea. Quizás el mundo va bien y solo el reflejo de nuestra naturaleza enferma tenga cabida en esta realidad.
Siento miedo por los silencios, los millones de silencios que callan bajo una sombra que pretende ser la voz que los representa.
¿Y si el hombre no merece ser salvado?
¿Si de pronto nos damos cuenta que hemos de morir así?
Pienso en aquellas voces que yacen en sus tumbas y pregunto desesperada qué secretos se llevaron, si realmente valió la pena luchar por un mundo que no les agradeció. Es una cadena, una cadena esquizofrénica que oye voces que le dicen que vamos en dirección contraria, y que pronto chocaremos con aquello que desconocemos y tememos. Es una cadena de voces entrelazadas que piden pasar a la historia, que piden que tiñamos de rojo nuestros libros, que piden explicación a lo inexplicable.
¿No nos concediste oídos para escuchar?
¿Cómo es entonces que sólo algunos lo hacen?
... Sólo quiero que escuchen, escuchen sus almas...

Pero, insisto... ¿qué tal si la única que está mal aquí soy yo?
¿Qué tal si el único libro rojo aquí es el mío?
¿Qué tal si la única esquizofrénica enterrada soy yo?

... Revela las fotos que sacaste en el pasado y dime que ves. ¿Ves sed de algo?, ¿ves angustia por algo?
Pues es eso lo que yo veo, veo hambre de sueños, veo hambre de aprendices.


Ante la locura, esperanza. Si al final, es lo único que no muere, ¿o no?.

jueves, abril 12, 2007

Distancias

Con todas las cautelas
voy tomando distancia
de mí
y me dislumbro
objeto
cosa
rudimento

desde el palquito
universal
mi bagatela
o mi insignificancia
aunque me son
ajenas
me provocan
una tristeza cósmica
una náusea infinita

entonces con urgencia
vuelvo a mí
para olvidar
mi pequeñez
y creerme algo
alguien.



Mario Benedetti



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Olvidando la pequeñez propia del ser, para poder llegar a ser.

miércoles, abril 11, 2007

La desconocida

Llegó sin avisar y sinceramente su visita no era bienvenida. Ya estabamos cansados y no queríamos compartir nuestra ya agotadora rutina con alguien tan extravagante como esta desconocida. Su rostro estaba angustiado, y nos miraba con odio, casi como si su tristeza fuese culpa nuestra.
Entró y se sentó en uno de los sillones, y nos dio la sensación de que conocia la casa por completo. Habló con sinceridad y confianza, sin perder su mirada angustiada, como si fuese una más de la familia. Le preguntamos que edad tenía, y contestó sorprendida, como si tuviesemos que conocer esa información.
Yo no entendia bien qué estaba pasando. Esta mujer nos trataba como si efectivamente la conocieramos, como si algo le debiésemos. Traté de entender a que se refería cuando decía que no la conocíamos (ya que efectivamente no la conociamos), pero no pude captar la idea.
Estuvimos hablando la tarde entera, y le pregunté acerca de sus intereses y metas en la vida. Me contaba sin ganas y parecía ofenderse con cada pregunta que le hacía, como si tuviese yo que conocer las respuestas.
Le pregunté si acaso quería ser ingeniero, ya que me había contado que tenía intenciones de entrar a la universidad, y una gruesa lágrima corrió por su mejilla. Supuse que no iba por el lado correcto, asi que decidí cambiar el tema. Le pregunté por su salud, ya que llevaba consigo un pequeño pastillero plateado, y otra lagrima corrió por su mejilla. No entendí nada de lo que esta desconocida quería decirme, ya que cuando le pregunté por sus hobbyes gritó muy fuerte y tiró la pequeña libreta que llevaba consigo lejos.



... Yo no sabía nada de esa extraña. Luego de tirar su libreta, describió a su persona por completo: me dijo cada detalle de su personalidad y me enumeró sus sueños y metas, brillándole sus ojos. Aún así, seguía sin saber quien era. La desconocida lloró, lloró a mares al notar que yo no la reconocía...

Cuando yo ya no aguantaba más el ambiente cortante y triste, decidí preguntarle su nombre, cosa que tal vez tendría que haber hecho mucho antes.
Cuando me lo dijo, supe que efectivamente la conocía... Pero, sólo conocía su envoltorio. Sentí pena y angustia, y me incliné hacia la pequeña libreta que yacía en el suelo de mi casa. Tenía muchas fotos, y en todas aparecíamos juntos. Se notaba que los años habían pasado, se notaba que ella había crecido y que yo había envejecido.

Al cerrar mis ojos, una lluvia de recuerdos se apoderó de mi alma...

Ahí estaba, estaba la niña diferente, la niña enferma, la niña que quería cambiar el mundo...


Ahí estaba, estaba la niña que lloraba mirándome a los ojos, odiandome a los ojos.
Ahí estaba la niña que ha vivido 17 años bajo mi techo.

Ahí estaba mi hija, mi hija desconocida.





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Triste y punzante es la verdad.

viernes, abril 06, 2007

Vivir

Participar de la pasividad.

Cientistas muertos,
armonía pasiva.
¿Te unes?
No, gracias.
Prefiero Vivir.

miércoles, abril 04, 2007

Es dificil ser Hombre.

... Cayó sobre las piedras del camino y sus rodillas sangraron, manchando el camino y su orgullo. Él había prometido no caer nunca, no ante el superior. Se levantó rápidamente, con sus huesos pasándole la cuenta del esfuerzo de todos esos años, esos años de trabajo, en el que sólo su familia había sabido pagarle de manera justa. Se puso de pie y, con la snagre corriendo silenciosa por sus fuertes piernas, continuó el viaje. Al avanzar, la carretilla parecía aún más pesada: en ella llevaba las infinitas penas que rozaban su piel, la rozaban y la quemaban, la quemaban y la aniquilaban. Una carreta llena de injusticias, látigos que destrozan su honra y que, aún así, elevan sus ideas cansadas de pelear, las elevan en agonía para continuar la lucha. Su voz, ya gastada por el tiempo, suena débil y no tiene el mismo impacto que antes, pero aún así mueve algunas hebras de este enorme campo de cielos. Aunque suene extraño, él quiso terminar así, él quiso conocer el trabajo y la dificultad de vivir. Él quería saber como era estar al final de la fila, en el último estamento, en los desechos de la sociedad.
La sangre secó, y el polvo del camino inhumaba en las heridas, ardiéndole hasta el alma, La carretilla pesaba, pero él debía llegar a la cima, llegar para que aquel que estaba ahí abusara de su cansancio y le pagara con risas e insultos. Tal vez podía ser verdad lo que le dijeron: que el poderoso había llegado a la cima con el mismo esfuerzo que el que hacía él llevando carretillas. Tal vez sí, tal vez no. Ni siquiera Dios lo sabía, ya que mientras sus heridas ardían y su sangre se secaba, no había Dios alguno ni en el Cielo, ni en el baño, ni en la cocina, ni en la cima: no había Dios en el cual creer.

...El aire comenzó a escasear, el mundo le daba vueltas, y su cuerpo transido caía de a poco, sin poder evitarlo. Cayó sobre las piedras, incrustándose algunas en su piel en llamas, y cayendo la carretilla a su lado, esparsiendo las penas, las lágrimas melancólicas del pasado y las injusticias cometidas envueltas en su maldito manto. Cerró sus ojos, y el sudor calmó su ruedo. En sus sueños recorrió su vida, la vida en que sus manos habían labrado una hermosa familia y una pequeña casa con paredes de ilusiones y un techo de humildes sonrisas entrelazadas.

... Desde su niñez, en los cerros junto a su madre, cuando jugaba con lo poco y nada que tenía, jugando con la tierra y conociendo la pobreza y el hambre, desde dentro, desde su alma. Comezó a trabajar desde muy joven, con la ilusión de que algún día podría darle un hogar digno a su madre, quién había dado todo por el bienestar de él y de sus hermanos. Desde un comienzo supo de injusticias y de discriminación, nunca pudo ser tratado como merecía y cómo sus ilusiones habían dictado algún día. Creció viendo las ocultas lágrimas de su madre, que omitían su ruedo para no preocuparlo...ni a él ni a sus hermanos. Pero, como él era el mayor, siempre estuvo consciente del sufrimiento de su madre...

... Sus recuerdos consiguieron elevarlo y trajeron a su cuerpo tendido sobre el camino infinitas sensaciones. Durante su vida, nunca hubo Dios al cual suplicar amparo y ayuda ante la miseria material que lo rodeaba: aquel Dios existente para todos, inclusive para su madre, no existía para él; aquél fuego en el alma que decían sentir los otros, esa fe que "movía montañas" smplemente no estaba. Aprendió a vivir por sí solo e inclusive a ser el Dios de otros, de otros como su madre, la que lo adoraba por sobre todo y dependía de su existencia.

... La sangre había dejado de correr y él comenzó a volver, dejar de lado sus recuerdos y volver a su cuerpo cansado incrustado en el maldito mundo que lo vio crecer, incrustado en esa maldita tierra que él había labrado, pero que no era suya: cada árbol, cada helecho, cada piedra y cada semilla estaba donde estaba y era lo que era por su trabajo, pero, sin embargo, no eran de él: ante la ley, él no era dueño de nada... ante la tierra, él era dueño de todo.
Abrió los ojos y una gran sombra creció ante él...
Una sombra que a la vez se transformaba en una gran luz, una luz que aclaró todo... Una luz que respondió el por qué de la no existencia de ese Dios para él...







Después de todo, él había querido experimentarlo.... Él quiso vivirlo, sentirlo y sufrirlo....







El cansancio le ganó, y halló la muerte en aquel camino que tantas veces había visto sus esmeros y su eterna lucha.
Todo se había acabado, cuando por fin Dios lo reconoció: "Es difícil ser hombre".

domingo, abril 01, 2007

La Renovación de las Ideas?

... Tal vez me tocó vivir en la mejor época. Tal vez el no tener representante alguno frente al mundo sea bueno. Tal vez se estén dando las condiciones adecuadas para el surgimiento de un líder. Tal vez me tocó vivir en la mejor época...



El fin de la historia? No lo creo así. Es el inicio de una nueva, una que recién se está gestando.

Muchos crecieron amparados en el rencor ajeno y se establecieron como combatientes de cierta ideología sin siquiera saber que es lo que profesa ésta. Muchos crecieron amparados en el conocimiento de sólo una parte de la historia, idolatrando sucesos también ajenos. Puntos de vista? Millares, tantos como ciudadanos pisan la Tierra.

Si bien estamos viviendo en una época exenta de sucesos traumantes, hemos de tener una postura firme frente a la actualidad, y es ahí donde estamos fallando:


Intentamos adecuar sentimientos ajenos y pasados a la realidad actual, y eso no nos está ayudando.
Cada ideología nace en el momento que ha de nacer, y se renueva en el momento que ha de renovarse, y hemos olvidado la renovación.

No pido olvido, ya que lo que pasó ya está escrito. Solo pido dar un paso más adelante y dar cabida al surgimiento de las nuevas ideas que cambiarán nuestro mundo de hoy, no el mundo que pudo haber sido cambiado años atrás. Sin la renovación estamos frenando el surgimiento de los cambios, propiciando sólo el nacimiento de ideas de cambios aplicables al pasado.


Me frustra ver cómo la juventud se está convirtiendo en un espejo de una juventud del pasado. Me frustra ver cómo se adueñan de manera equívoca de rostros que hicieron efectivamente lo que no se está haciendo ahora, renovar las ideas.

Si bien la historia (las historias) son cíclicas, hemos de marcar la diferencia en la vuelta de la rueda, para así confirmar que hemos vivido. Ésta es una vuelta que no hemos marcado, y me apena pensar que pueda pasar al olvido.




Si se adoptan formas antiguas de pensamiento sólo haremos que el mundo siga siendo el mismo, sin poder dejar aquel aporte que tanto anhelamos dejar.




El idealismo es propio de la juventud, de eso no cabe duda alguna, pero hemos de saber canalizar toda aquella "pasión revolucionaria" para hacer verdaderos cambios y mostrar presencia de manera efectiva. No nos sirve acentuar (más aún) la naturaleza destructiva del hombre y hacer creer, una vez más, que la palabra de los jóvenes no vale un centavo. Tampoco nos sirve ser unos espectadores pasivos de la realidad, pero hemos sido dotados de raciocinio y de palabra, y son aquellas las herramientas que debemos usar para ser escuchados y tomados en cuenta.



...

El mundo gira, gira, gira, y los tontos miran, miran, miran.
En la obscuridad del abismo, pocos abren los ojos, pocos notan la anomalía.
Condenados al silencio tras los barrotes que encarcelan almas sedientas.
Se desmorona todo ante nuestros ojos y, seguimos la vida, inmunes a los hechos.
Condenados a la felicidad infeliz, condenados al ritmo de las masas.

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El idealismo no es un juego.... Lo dice una condenada a él.




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