La confusión del metafísico, por más contradictorio que suene, no es metafísica.
Su problema supraterrenal está solucionado en el momento en que se da cuenta de su condición abstracta. El asunto que lo acompleja es aquella duda en el lazo con aquello concreto y duro que compone la realidad. Su aporte, su rpesencia, su todo ante aquellos que no comprenden lo metafísico de su ser. Tal vez si pudiese despojarse de su condición inquisidora podría ver con claridad su destino terrenal, pero es imposible que deje de cuestionarse todo: su subjetividad dirige su vida como cualquier necesidad vital humana.
¿Cómo lograr separar los lados del inquisidor? Su propia naturaleza lo impide, reduciendo así su posible aporte terrenal por la cantidad enfermiza de errores que pude cometer al no tener claro su objetivo tangible.
Se va a equivocar señor, si no logra separar su maldita y condenada, bendita y libertadora, condición de cuestión.
A-ha....
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