Bullshit

Llevaba siglos dormida al teléfono, oyendo su endemoniado sonido que respondía a mis necesidades más enfermizas. Nunca quise llevarlo tan lejos, pero se escapó de mis manos y no trajo consigo lo que pretendía en un inicio traer. Eternamente isla, eternamente paraíso. Tal vez hubo una catarsis esquizofrénica que robó la distancia, pero no se la llevó por mucho tiempo.
Siempre vuelve la distancia, y aquellas decoraciones de soledad se apoderan de mis paredes otra vez y no me devuelven el aliento que había podido recuperar.

Llevaba siglos dormida al viento, oyendo su suave susurro que adormece. Llegaron ellos y levantaron el polvo escondido y no se preocuparon de desahogarme. Fueron sólo fantasmas aquellos que acompañaron el asombro, fantasmas que se esfumaron, dejando aparecer de nuevo el sonido insesante del teléfono. Nunca llamaron, eternamente isla.

Tal vez eso del paraíso fue sólo una gran mentira, tal vez sólo fue una agradable sonrisa la que hizo que todo se tornara de colores. Tal vez eso de la isla fue sólo una metáfora, la que llenó los espaciós vacíos que llenaban mi descubrimiento. Tal vez el infierno existe, y sólo yo creo estar en el otro lado, el otro extremo.
Impuesta (no puesta) en esta realidad incómoda, construí un universo pararlelo de voces que llevó lejos este anhelo y soñó alejado de la cubista realidad.

No grites más, no te escucharán. No gastes tu travestida naturaleza para quebrar la burbuja que pide ser quebrada. Tal vez, si quisieras efectivamente ver, verías que es imposible que tu pequeño grito vista de forma ridícula tus utópios anhelos.

No sueñes más, eternamente isla.



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Bullshit!