Encuentro

La experiencia humana con entes deconocidos no puede no dejarnos un extraño sabor en el paladar de nuestra exquisita soledad.
Evitamos todo contacto humano con aquellos que creemos no conocer y, así, evitamos destruir el enlace cómplicec de esta indiferencia mutua.
Una mirada, una sonrisa o una evitación son escusa suficiente para la creación de un nuevo mundo paralelo, en el que este ene desconocido es invitado al aula de la imaginación y danza con nuestros anhelos más escondidos.

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No supe que hacer en el primer momento, y sólo hallé como salida mi máscara de misteriosa mujer poeta, esa sirena que posee un riquísimo tesoro lingüístico que, paradójicamente, comparte con este desconocido.
No sé cuál era la intención inicial del asunto, pero casi resultaba agradable; evidentemente entendía lo que yo, con complicadas palabras, intentaba mentirle.
No supe, no supo, y como una nueva paradoja, el miedo se apoderó de mi mirada y sé que él vió los rayos luminosos esconderse bajo el nuevo miedo.

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Los ángeles caen siempre en el momento preciso.
Conquistador de Cuba plus fecha sangrienta, y decidió caer ahí para devolver la luz que se había escondido bajo los escombros que había tirado el miedo.
Justo a tiempo podrían atreverse a decir.


Cálculos celestiales, gracias por venir.






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